Por un azar del almanaque, este 30 de mayo, día del ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina, hace ya 60 años, coincide con el Día de las Madres en República Dominicana. Es, sin dudas, ocasión propicia para subrayar que no hay mejor regalo para las madres que la libertad de sus hijos, ganada en combates históricos, con valor, abnegación, sacrificio y dolor.
La larga noche del trujillismo fue especialmente dura para las madres dominicanas, sabedoras de que, sin causa alguna, solo por una delación o sospecha, la maquinaria diabólica de aquella dictadura podía atrapar entre sus garras a los hijos nacidos de sus entrañas. No hay manera de describir, y debe ser hecho para edificación de las nuevas generaciones, cuan angustiosa era la vida, especialmente para las humildes mujeres del pueblo, conocedoras de que la vida de su familia, especialmente la de los más jóvenes, pendía siempre del hilo de la voluntad del dictador sangriento.
Cada 30 de mayo, en lo adelante, nuestro país conmemorará el Día de la Libertad, instituido por decreto presidencial, para recordar a las víctimas de la dictadura, y homenajear a los que resistieron y la combatieron. Encierra un enorme valor simbólico que esta primera celebración coincida con el día en que homenajeamos a las madres. Para ellas, con todo respeto y admiración, la libertad conquistada a tan elevado precio.
Nunca más dictadura. Siempre el amoroso beso a nuestras madres.