Con Miguel Mejía
por Tomás Aquino Méndez
Me ha impactado, penosamente, el debate surgido en los últimos días en torno a un servidor público. Mi pena no es por el tema en sí, ni por la figura de ese ciudadano. Es por los protagonistas involucrados. Por el enfoque y la agresividad contra alguien por solo ser funcionario de un gobierno y tener pensamientos.
Creen que ostentar el cargo de MINISTRO es alquilar sus ideales al gobierno al que se sirve. A muchos de estos “OPINADORES”, les tenía cierta admiración. Regularmente buscaba sus comentarios en diversos medios. Quedé sorprendido al escucharlos pedir la destitución “INMEDIATA” del ministro Miguel Mejía por defender al gobierno de Nicolás Maduro, con quien tiene una relación personal de años. Mejia, con su postura difiere de la posición del Gobierno Dominicano con relación a las elecciones en Venezuela.
Quienes piden la CANCELACIÓN del ministro piensan, erróneamente, que aceptar un cargo en el gobierno, es dejar de ser YO. Ignoran, al parecer, que al asumir un cargo el ciudadano se compromete a ser honesto, transparente, respetar las leyes y defender a su país. No decide dejar de pensar. No asume ser cómplice de las metidas de patas o de manos del gobierno al que pertenece por una u otra razón. Expreso mi solidaridad con Miguel Mejía. Su postura independiente no es de ahora con el gobierno al que pertenece y que encabeza alguien a quien él admira, respeta y tiene una consideración particular de hace años. Miguel ha dicho siempre SU VERDAD y defendido las cosas que cree y por las que ha luchado. No se alquila el pensamiento por un ministerio u otro cargo. Se debe ser fiel al gobierno que se sirve, pero nunca seguir los pasos a posiciones que chocan con tus creencias y pensamiento liberal e independiente. No se cambia ideología y honor, por un cargo en el gobierno.