El pasado lunes 30 de junio acudimos a la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, atendiendo la cordial invitación del autor de lo que allí se iba a presentar, a través del amigo periodista Abinader Fortunato. El centro de tal convocatoria era la exhibición premier del largometraje documental bajo el llamativo título que he tomado para el presente artículo.
Una obra escrita y dirigida por el reconocido cineasta, escritor, René Fortunato y la productora cinematográfica Videocine Palau. No sé si el atractivo era el autor y su profesionalismo o el producto en sí; creo que ambos. La sala del teatro estuvo a toda capacidad, como decían algunos en alto murmullo “para ser un lunes”. La diversidad de personas procedentes de distintos sectores, político, académico, intelectual, gubernamental, empresarial, eclesiástico, cultural, artístico, periodístico y comunicacional, fue algo impresionante, al menos para mí, que, acudiendo a otras funciones de similar naturaleza, no encontré precedente para esa diversidad multisectorial presente en tan incógnita noche.
Lo de “incógnita noche”, es porque salvo el autor y su equipo de producción, todos experimentamos la curiosidad por el contenido del material que se presentaría, bajo un nombre tan sugestivo como “Triunfo de la Democracia”, más aún, cuando en los tiempos de hoy, la presente generación y la anterior viviente, sabemos que estamos viviendo una democracia en construcción. Pero bueno, siempre la palabra triunfo atrae y la palabra democracia distrae.
Inicia la función
Las expectativas eran muchas, sobre todo para aquellos que conocen el trabajo de René Fortunato, que también son muchos. Las palabras de René mediante un video marcaron el inicio del momento esperado; se anunciaba lo que venía: una visión de los acontecimientos políticos y sociales en nuestro país finalizando la década de los 70.
Rebosaba el gran entusiasmo que ya se sentía entre los presentes, cuando dijo que, con este documental saldaba una deuda con la historia al completar en el mismo los últimos cuatro años del régimen del doctor Joaquín Balaguer, que muchos de sus seguidores críticos constructivos le habían señalado habiendo referido, en documental largometraje anteriores, ocho de los doce años que duró dicho régimen. Un momento triste-alegre lo constituyó cuando habló de su “enfermedad catastrófica” que lo mantenía un poco fuera del contexto deseado. Y, uno tiene que admirar la vocación de este ser humano por mantener viva la historia, su fortaleza ideológica, intelectual y su vocación, para aún en medio de su situación de salud, entregar este maravilloso episodio de nuestra historia, de la que ningún capítulo se debe perder.
El documental, décimo de una rica producción, es un recorrido por la historia, un reencuentro con la memoria histórica, para muchos que vivieron la época, y una reafirmación como en los hechos para otros que la leyeron en libros. En casi dos horas el público pudo revivir momentos cruciales de la historia reciente, todavía; en algunos pasos tenebrosos, como el vil asesinato del periodista Orlando Martínez. Pasajes donde la juventud presente pudo conocer más a ciertos personajes de la vida política del país.
Una retrospectiva real, bien fundamentada, bien narrada y documentada de esos años, así como de la etapa final del gobierno de Balaguer. Mirada crítica, agudeza, reproches, asaltos violentos, el claro-oscuro de la campaña electoral, las recetas injerencistas e imperialistas, la represión, la corrupción, el racismo y el descrédito como armas políticas, el intento de golpe de Estado la noche del 17 de mayo de 1978 contra el presidente electo Antonio Guzmán Fernández. Y, como respuesta a todos esos males, los esfuerzos hasta el sacrificio y la muerte si necesario, de verdaderos patriotas en defensa de la autodeterminación del pueblo dominicano y de la dominicanidad.
Aspectos denostados en este documental largo metraje, muestran cómo se arraigó el neotrujillismo representado por Balaguer y seguidores, el racismo, sobre todo contra el doctor José Francisco Peña Gómez, el sectarismo, el oportunismo, el grupismo a lo interno de las propias fuerzas armadas y la policía nacional. El quítate tú pa` ponerme yo.
El trabajo para llegar a ese resultado ha de haber sido enorme. Conociendo la trayectoria del productor no queda más que aplaudir su nueva entrega a la sociedad dominicana y al mundo, como aporte importante al no olvidar. De todo lo rememorado, después del tiempo, debemos dirigir la mirada a los vestigios que, visibles y soterrados, quedan en el quehacer de la vida política de nuestra nación. Ha de fortalecerse la democracia en su amplia dimensión. Este largometraje constituye un aporte a ese propósito.
A partir del 10 de los corrientes “Triunfo de la Democracia” estará en salas de cines. Estamos seguros será un lleno. ¡Felicidades! René Fortunato, Matty Vásquez y su equipo. ¡Gracias! por tan relevante aporte. ¡Salud y larga vida!
El pasado lunes 30 de junio acudimos a la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, atendiendo la cordial invitación del autor de lo que allí se iba a presentar, a través del amigo periodista Abinader Fortunato. El centro de tal convocatoria era la exhibición premier del largometraje documental bajo el llamativo título que he tomado para el presente artículo.
Una obra escrita y dirigida por el reconocido cineasta, escritor, René Fortunato y la productora cinematográfica Videocine Palau. No sé si el atractivo era el autor y su profesionalismo o el producto en sí; creo que ambos. La sala del teatro estuvo a toda capacidad, como decían algunos en alto murmullo “para ser un lunes”. La diversidad de personas procedentes de distintos sectores, político, académico, intelectual, gubernamental, empresarial, eclesiástico, cultural, artístico, periodístico y comunicacional, fue algo impresionante, al menos para mí, que, acudiendo a otras funciones de similar naturaleza, no encontré precedente para esa diversidad multisectorial presente en tan incógnita noche.
Lo de “incógnita noche”, es porque salvo el autor y su equipo de producción, todos experimentamos la curiosidad por el contenido del material que se presentaría, bajo un nombre tan sugestivo como “Triunfo de la Democracia”, más aún, cuando en los tiempos de hoy, la presente generación y la anterior viviente, sabemos que estamos viviendo una democracia en construcción. Pero bueno, siempre la palabra triunfo atrae y la palabra democracia distrae.
Inicia la función
Las expectativas eran muchas, sobre todo para aquellos que conocen el trabajo de René Fortunato, que también son muchos. Las palabras de René mediante un video marcaron el inicio del momento esperado; se anunciaba lo que venía: una visión de los acontecimientos políticos y sociales en nuestro país finalizando la década de los 70.
Rebosaba el gran entusiasmo que ya se sentía entre los presentes, cuando dijo que, con este documental saldaba una deuda con la historia al completar en el mismo los últimos cuatro años del régimen del doctor Joaquín Balaguer, que muchos de sus seguidores críticos constructivos le habían señalado habiendo referido, en documental largometraje anteriores, ocho de los doce años que duró dicho régimen. Un momento triste-alegre lo constituyó cuando habló de su “enfermedad catastrófica” que lo mantenía un poco fuera del contexto deseado. Y, uno tiene que admirar la vocación de este ser humano por mantener viva la historia, su fortaleza ideológica, intelectual y su vocación, para aún en medio de su situación de salud, entregar este maravilloso episodio de nuestra historia, de la que ningún capítulo se debe perder.
El documental, décimo de una rica producción, es un recorrido por la historia, un reencuentro con la memoria histórica, para muchos que vivieron la época, y una reafirmación como en los hechos para otros que la leyeron en libros. En casi dos horas el público pudo revivir momentos cruciales de la historia reciente, todavía; en algunos pasos tenebrosos, como el vil asesinato del periodista Orlando Martínez. Pasajes donde la juventud presente pudo conocer más a ciertos personajes de la vida política del país.
Una retrospectiva real, bien fundamentada, bien narrada y documentada de esos años, así como de la etapa final del gobierno de Balaguer. Mirada crítica, agudeza, reproches, asaltos violentos, el claro-oscuro de la campaña electoral, las recetas injerencistas e imperialistas, la represión, la corrupción, el racismo y el descrédito como armas políticas, el intento de golpe de Estado la noche del 17 de mayo de 1978 contra el presidente electo Antonio Guzmán Fernández. Y, como respuesta a todos esos males, los esfuerzos hasta el sacrificio y la muerte si necesario, de verdaderos patriotas en defensa de la autodeterminación del pueblo dominicano y de la dominicanidad.
Aspectos denostados en este documental largo metraje, muestran cómo se arraigó el neotrujillismo representado por Balaguer y seguidores, el racismo, sobre todo contra el doctor José Francisco Peña Gómez, el sectarismo, el oportunismo, el grupismo a lo interno de las propias fuerzas armadas y la policía nacional. El quítate tú pa` ponerme yo.
El trabajo para llegar a ese resultado ha de haber sido enorme. Conociendo la trayectoria del productor no queda más que aplaudir su nueva entrega a la sociedad dominicana y al mundo, como aporte importante al no olvidar. De todo lo rememorado, después del tiempo, debemos dirigir la mirada a los vestigios que, visibles y soterrados, quedan en el quehacer de la vida política de nuestra nación. Ha de fortalecerse la democracia en su amplia dimensión. Este largometraje constituye un aporte a ese propósito.
A partir del 10 de los corrientes “Triunfo de la Democracia” estará en salas de cines. Estamos seguros será un lleno. ¡Felicidades! René Fortunato, Matty Vásquez y su equipo. ¡Gracias! por tan relevante aporte. ¡Salud y larga vida!