CAMPAMIU educando con valores
Dedico esta entrega al Campamento “Educando en Valores” que viene desarrollando la organización política de la que soy miembro, el Movimiento Izquierda Unida, no como publicidad sino para compartir con los amables lectores el contexto que abarca de manera inclusiva y solidaria este campamento dirigido, sin costo alguno, a niñas y niños de sectores socialmente vulnerables de provincias de nuestro país, donde todavía las brechas sociales son visibles, pese a las buenas políticas públicas en materia de inclusión social, educación, recreación y esparcimiento, que deben estar bajo la mirada de los gobiernos locales.
Esta es la sexta edición de dicho campamento y la primera vez que lo abordo en un artículo de opinión, porque las ocasiones anteriores he apoyado de manera indirecta y en ésta me involucré como lo hacen metafóricamente el cerdo y la gallina en los famosos sándwiches de pierna y jamón de pechuga, o sea dan parte de sí mismos.
El campamento es realizado desde el 2019 con la tregua obligada impuesta por la pandemia del Covid; inició con cuarenta niños y niñas en Moca, Provincia Espaillat, hoy participan 500 niños y niñas de unas ocho provincias, sin distingo de etnia ni credo y dirigido especialmente a sectores donde se sufren las asimetrías o desigualdades generadas por los procesos de exclusión social que afectan a diversos grupos sociales en nuestro país. El criterio de la inclusión es tan marcado que participan niños y niñas con condiciones especiales, tales como no videntes (por ceguera de nacimiento), síndrome de espasmos de sollozos, autismo en distintos niveles, junto a niños sin estas condiciones formando una gran familia, la familia CampaMIU, promoviendo con la práctica los valores humanos.
El propósito de esta jornada de aprendizajes realizada en cada receso anual escolar es ofrecer un espacio de educación, esparcimiento, recreación e integración, sustentado en igualdad y equidad a niños y niñas que no tienen acceso a las modalidades de costosos campamentos que suelen planificarse en esta época, mayormente para sectores de clase media y alta, muchos de los cuales tienen sedes hasta en el exterior. De este modo, esos menores de las familias que también tienen derechos y cumplen deberes constitucionales merecen recibir y disfrutar en su forma natural.
Durante el desarrollo del programa holístico se viven importantes y hermosas experiencias en el tratamiento directo con estos niños, que, de manera empática se manifiestan sin límites emocionales recibiendo y dando amor, amistad, sinceridad, necesidad, solidaridad, sentimientos, sensaciones, todo lo cual les facilita liberar los ángeles o los pequeños “monstruos” que llevan dentro y poner a volar sus potencialidades.
¿Qué reciben?
Lo primero que reciben es amor. En esta ocasión, desde el primer día del programa se les entregó el uniforme del campamento: suéteres y boinas color rojo, bufandas color blanco, además vasos personalizados de uso prolongado evitando los de plásticos para proteger el medio ambiente, meriendas naturales cada día, material de apoyo, mochilas, mascotas y lápices; juguetes, todo esto en términos materiales. En términos de aprendizajes y de actividades propias para su desarrollo integral, resulta incalculable lo que reciben mediante canto del himno nacional, charlas, juegos interactivos, jornadas de pintura y dibujo, visitas a museos y lugares emblemáticos e históricos de sus provincias, reforestación.
También en esta edición, el campamento visitó por primera vez el Acuario Nacional, el Altar de la Patria, donde depositaron una ofrenda floral en tributo a nuestros Padres Libertadores, destacando en su mensaje la importancia de respetar y cuidar la independencia y soberanía de la República Dominicana.
¿Qué decir de la jornada odontológica? Si los niños estuvieron contentos, los padres rebosaban de satisfacción y gratitud. Recibir revisión médica bucal y dental con tratamiento preventivo y curativo es algo muy relevante para esos niños en edades entre 5 y 10 años.
¿Qué podrán dar?
Para aquellos que no alcanzar a ver y valorar el alcance y dimensión de este campamento, los niños participantes nada podrán dar. Para quienes lo vivimos de cerca, incluidos los padres y tutores, sabemos que estos niños, en su diversidad étnica, religiosa, cultural y social, podrán darlo todo.
Primero, porque aprendieron sobre los valores de la responsabilidad, respeto, honestidad, tolerancia, confianza, compromiso, perseverancia, solidaridad, gratitud, muy denigrados y escasos en las formas conductuales del mundo de hoy. Segundo, porque alguien les ha tenido presentes, sin exclusión ni discriminación, integrándoles como verdaderos seres humanos con derechos, sin buscar culpables individual o grupal de su condición social, que solo lo es el sistema de todos los tiempos. Y, tercero, porque las experiencias vividas durante este campamento, que concluirá el domingo próximo quedarán guardadas en sus corazones, en sus sentimientos y en sus pensamientos, lugares desde donde podrán dar a otros de sus iguales, cuando las circunstancias se lo demanden, la solidaria mirada, atención y respuesta que necesiten.
El contenido, propósito y resultado de este campamento, en el contexto compartido, reitero, sin procurar publicidad, debe servir de lección aprendida para redireccionar la mirada de las autoridades competentes, sobre todo municipales, hacia la vulnerabilidad social de esos rincones del territorio nacional que albergan personas y donde la luz del sol a veces no llega, porque quedan muy abajo.
CampaMIU lleva seis años mirando hacia ellos y seguirá adelante con inclusión y solidaridad, educando en valores.