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29 Mar
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OTRA MONUMENTAL HIPOCRESÍA CONTRA VENEZUELA

Facebook ha demostrado ser una empresa vacilante y parcializada a la hora de defender los valores y reglas que han de primar y ser cumplidas en la comunicación entre sus usuarios y en los contenidos que se difunden. Nadie esperaba de un tiburón capitalista , y este lo es sin dudas, ni modales caballerescos, ni observancia de la justicia y el juego limpio, pero, al manosw, algo de decencia y dignidad. Pues hay que abandonar toda esperanza: el mismo Facebook que solo se atrevió a cerrar la cuenta de Donald Trump cuando este irresponsable y enloquecido mentiroso patológico incitó a actos de violencia el pasado 6 de enero en Washington, día en el que sus turbas de supremacistas blancos y filofascistas asaltaron el Capitolio con un balance de cinco muertos, pero que le permitió mentir, día por día y semana a semana, sobre el alcance de la pandemia, el valor de las medidas de distanciamiento social, el uso de mascarillas y la utilidad de las ciencias y las vacunas, es el que cierra parcialmente la cuenta de Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, por difundir un mensaje acerca de las bondades del medicamento Carvativir en la prevención y tratamiento de la enfermedad.

La medida no engaña a nadie, porque Facebook tampoco engaña a nadie. La red social está repleta de apologías a las armas y a la violencia; de racismo, machismo y xenofobia; de antivalores consumistas y charlatanes anticiencia, como los que arremeten contra las vacunas, insisten en llamar al covid-19, “la epidemia china” o defienden la teoría de que la tierra es plana. Bolsonaro, el fatídico presidente de Brasil, confeso y flagrante exponente de todo lo anterior, nunca ha recibido de Facebook ni una tibia reprimenda.

¿ Es casual que un politicastro ruin, sumiso y golpista, como Luis Almagro, secretario general de la OEA, firmase con Facebook hace menos de una semana, un “acuerdo para fomentar la integridad electoral en América Latina y la defensa de los derechos humanos? Si, el mismo muñecón yanqui que propició y amparó el cruento golpe de estado en Bolivia, causante de decenas de muertos, torturados y desaparecidos. Movería a carcajadas, por la densidad hipócrita de los firmantes, de no ser porque medidas como la aplicada al presidente Nicolás Maduro, para intentar limitar la comunicación con su pueblo y el resto del mundo, podrían presagiar acciones irresponsables de mayor envergadura, como la tan acariciada intervención militar norteamericana, o un incidente prefabricado con Colombia, el paraíso de los falsos positivos y el impune asesinato de líderes sociales.

Nada nuevo bajo el sol: todo vale cuando se trata de defender sus intereses y frenar el avance de los pueblos decididos a ser libres y construir sociedades alternativas al vicioso modelo que propugna el imperio y las oligarquías locales, incluso el obsceno maridaje entre empresas como Facebook y desacreditados peones imperiales, como Almagro y la OEA, ese ministerio de colonias.

Es casi para bostezar de tedio, de no ser por lo divertido que resulta la forma en que cada vez van superando las marcas de su propia hipocresía, ante la mirada asqueada del mundo.

Miguel Mejía, Secretario General MIU

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23 Mar
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SIEMPRE CON LOS AMIGOS

Por: Miguel Mejía

Con el presidente Luis Rodolfo Abinader Corona, hijo de doña Sula y don Rafael, me unen vínculos históricos forjados del afecto muy profundo con toda su familia. Con su padre, llegamos a la alianza con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) cuando este presidía la Alianza Social Dominicana (ASD), que en aquel entonces era un desprendimiento del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), versión Peña Gómez.

Esta relación con la familia Abinader-Corona, que inicio por una razón política, en el tiempo se constituyó en una relación familiar. He sido ejecutivo de las empresas de esta familia, incluyendo la Universidad Dominicana O&M y nunca se desarrolló un vínculo obrero-patronal; el trato siempre fue de familia; asì lo percibí y de lo cual me he sentido siempre honrado.

A partir de los años 90 cuando llegamos juntos a la alianza electoral ASD-MIU-PLD, concluido ese proceso, don Rafael volvió a su lugar de origen, el PRD, quedando yo en el mío, el Movimiento Izquierda Unida (MIU). El dio ese paso con mucha transparencia y honestidad frente a mi persona y mi organización; me consultó y lo entendí, dejándole en libertad de actuar en base a su íntima convicción; le dije que esto no afectaría en modo alguno nuestra relación personal.

A partir de ese momento nosotros seguimos en esa alianza plurideológica y pluripartidista con el PLD, acuerdo rubricado en 1993 por su extinto líder, el profesor Juan Bosch. Jamás volvimos a tener coincidencias políticas, él en su espacio y yo en el mío.

Siempre el doctor Abinader respetó mis posiciones políticas, ideológicas y de clase, yo por igual hacia él. Hoy, su hijo Luis, siguiendo los pasos de su padre ha podido alcanzar lo que el en vida quiso y no logró.

Por todas estas razones me siento comprometido con el éxito de Luis, en honor a la memoria de su padre, a la honorabilidad de su familia y a la generación que èl hoy representa. Esto no me vincula, en modo alguno, a su partido.

Dicho esto, debo seguir siendo coherente con mis principios, mi visión y mi íntima convicción, como siempre he sido.

Le agradezco al PLD, a Danilo y a Leonel que siempre me permitieron mis disidencias, aun estando en funciones públicas de importancia en sus respectivos gobiernos. Y quiero seguir siendo consecuente con todo esto, porque están sucediendo cosas que desde mi óptica no las veo bien, razón por la cual, si guardo silencio y soy indiferente traiciono mi íntima convicción.

Me refiero al caso del Licenciado Simón Lizardo Mezquita, con quien me une una gran amistad, igual que con su hermana, la educadora Cristina, y con su familia, desde hace muchos años. Para los que no lo sabían, Simón fue militante de izquierda antes de llegar al PLD; un hijo de ese símbolo de la moralidad, la firmeza y los principios éticos revolucionarios, como lo es el maestro Rafael Chaljub Mejía y Dulce María, su esposa. Por lo que no creo que exista razón alguna para someter a Simón a esas visitas al Ministerio Público. Reitero, lo conozco y se que es incapaz de ofender la honorabilidad de su familia, de sus amigos y de la parte sana de su partido.

Mi coherencia e íntima convicción siempre me han colocado en una sola posición de una sola cara, por eso, en el momento en que la magistrada Miriam Germán fue objeto de un agravio en una de las sesiones del Consejo Nacional de la Magistratura, también consideré, desde mi óptica, que eso no estuvo bien, y, de inmediato tomé mi teléfono en mi oficina de Palacio, le llamé y le expresé un desagravio con mis muestras de solidaridad. De igual manera, ahora que no estoy de acuerdo con esto que sucede a Simón, también debo expresarlo.

El presidente Abinader ha procurado y defendido la instalación una justicia independiente, lo cual me parece bien. Y así debe de funcionar en su forma y contenido.

Por tanto, desde esta tribuna, quiero dejar constancia de mi apreciación sobre este ciudadano que se le llama Simón Lizardo Mezquita.

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