60 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN DE ABRIL

Seis décadas han pasado de aquella manifestación por la vuelta a la constitucionalidad que estalló en resistencia contra el Triunvirato militar de remanentes trujillista luego del golpe de Estado contra el primer presidente democrático de nuestro país, el profesor Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963.

La Revolución de Abril, que tuvo lugar entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de 1965 se recuerda como una manifestación democrática, en la que participaron sectores de clase alta, media y popular como expresión de un movimiento cívico-militar para rescatar la democracia.  

La causa de la Revolución era volver al gobierno legítimo y constitucional al presidente que había sido derrocado por falsas acusaciones contra las reales bases programáticas de su plan de gobierno, contra una junta militar que pretendía gobernar al pueblo dominicano bajo los designios de los Estados Unidos de Norteamérica.

Hechos principales de la Revolución

La embajada británica en Santo Domingo envió a Londres y Washington un aviso inmediato y confidencial en la tarde del 25 de abril de 1965. Era la primera impresión recibida del estallido cívico militar del día anterior, que tomó por sorpresas a todos los espías desplegados en República Dominicana, precisamente para evitar lo sucedido:

Al mediodía del 24 de abril, el Jefe del Estado Mayor y el Asistente del Jefe del Ejército fueron detenidos por una facción izquierdista de oficiales subalternos constitucionalistas en un campamento militar en los suburbios. A las 3:00 am del 25 de abril estallaron las luchas al este de la ciudad. Parece que los rebeldes han ocupado el único puente que une a la ciudad con la Base Aérea de San Isidro… A las 6.00 de esta mañana, las calles de esta ciudad estaban llenas de grupos clamando por Bosch. Las tropas rebeldes han armado a civiles y están patrullando la ciudad en camiones… El Gobierno muy bien pudiera haber caído…

El 27 de abril esas mismas fuentes aportaban pánico a sus informaciones, que eran recibidas como fuentes de primera mano por el Pentágono, la CIA y el Departamento de Estado en Washington. Los espías, en ridículo por su grave error de apreciación, y el no haber captado las señales de la tormenta que se avecinaba, trataban de cortar las raíces del retoño de la dignidad y desvirtuar la justicia del reclamo popular que pedía el retorno al país del depuesto presidente Bosch, y con él de la democracia ultrajada por el golpe funesto del 25 de septiembre de 1963. Aterrorizados ante el avance del pueblo, informaban:

Bosch está aún en Puerto Rico, la CIA entiende que si regresara estará profundamente comprometido con los extremistas rebeldes y podría ser más receptivos a sus puntos de vista izquierdistas y anti Estados Unidos… La CIA concuerda con que parece que los rebeldes ganarán…

Precisamente, para que eso no pudiese suceder, resumido en la consigna imperialista de “no tolerar una segunda Cuba”. El 28 de abril de ese año ocurría la segunda invasión estadounidense a nuestro territorio, acción que las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos llamó “Operación Power Pack, iniciada con la entrada al país de una fuerza anfibia de la infantería de Marina a los que más tarde se unió la 82 División Aerotransportada de  del Ejército norteamericano.

El gobierno norteamericano con su invasión militar a la nación, pisoteando su soberanía y poniendo una hoja de parra para tapar sus crímenes contra el pueblo dominicano, no pensó que la Patria de Duarte, Gregorio Luperón y sus compañeros contaba con un pueblo lleno de dignidad y heroísmo para defender su soberanía.

Es aquí donde se agiganta la figura del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó; y con él, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, cada uno en su frente, demostrando que los militares constitucionalistas y el pueblo defensor de su voto y de la soberanía de la patria eran una sola fuerza, y que unidos eran invencibles, como la historia demostró.

Solo con el despliegue de todo el potencial bélico de la entonces primera potencia militar del planeta, se logró evitar que el pueblo aplastara definitivamente a las fuerzas militares títeres del CEFA, y restaurara en el poder al desplazado presidente Juan Bosch. A pesar de esto, tampoco el imperialismo norteamericano logró su objetivo político y se vio obligado a pactar una salida negociada a la crisis, mostrando al mundo su verdadero rostro anti democrático, represivo, injerencista e intervencionista, muy diferente al que vendía su propaganda.

Con razón el profesor Bosch llamó a todo este proceso aleccionador para los pueblos del mundo, comenzado con su derrocamiento y continuado con este crimen artero yanqui, como “crisis de la democracia de América en República Dominicana”.

Hoy, sesenta años después sigue manifestándose más visible el rostro anti democrático, represivo, injerencista e intervencionista de los Estados Unidos de Norteamérica, ya con pocos aliados, que pretende seguir mancillando la independencia y soberanía de nuestro pueblo de distintas formas. Solo que, el pueblo dominicano estuvo, está y estará firme por el rescate de la soberanía nacional.

Esta epopeya popular demostró lo que seguimos viviendo en el mundo de hoy: que los pueblos escriben su historia, en el tiempo, contra las pretensiones hegemónicas e intervencionistas de los Estados Unidos, en nombre de la democracia, de los derechos humanos y de la paz, conceptos que ellos propios se han evidenciado desconocer.

60 años después el pueblo dominicano sigue luchando por consolidar una sociedad más justa y democrática, levantando con orgullo y dignidad la bandera gloriosa de la Revolución de Abril, de 1965.

DIRECCIÓN NACIONAL.

Abril 24, de 2025.

DECLARACION MIU EN EL 60 ANIVERSARIO REVOLUCION DE ABRIL 1965. 24-4-2025