Valorar a una persona y validar sus cualidades no solo es un acto de generosidad intrínseca sino de respeto y de justicia. Muchas veces, la calidad de una persona que define su trabajo permanente, entrega, sacrificio y aportes, de diversas formas, sobre todo en beneficio de los pueblos, lleva más allá de reconocerle con simples palabras.
Nguyen Quang Hung, oriundo de la provincia norvietnamita Hung Yen, es un ser humano especial, que desde niño comenzó a conocer en su país cómo se es capaz de dar hasta la vida si fuese necesario por la defensa de la Patria y la dignidad de un pueblo. Él pudo ver parte de la guerra de Vietnam contra Estados Unidos, iniciada el 1 de noviembre de 1955.
Conocí a Hung en la década de los 80, a partir de entonces hemos desarrollado una gran amistad; lo que he visto en él ha sido una persona que goza del reconocimiento del Partido Comunista de Vietnam, del gobierno, de su pueblo, por su ardua labor desde distintos ámbitos de trabajo. Es arquitecto egresado de la Cujae en Cuba, laboró durante varios años en el Ministerio de la Construcción de su país, fue posteriormente designado como presidente de la empresa mixta de construcción en Cuba. Actualmente, desde 2014, es asesor de la Corporación Viglacera, importante empresa vietnamita fabricante de materiales de construcción, que ha desarrollado once parques industriales en Vietnam y uno en Cuba en la zona del Mariel. Cabe destacar que esta empresa está en el país procurando instalarse con una inversión de un capital importante que generaría empleos y pagarían impuestos.
Los aportes de este gran amigo, sencillo, afable, buen estratega comercial, diplomático, político, buen jugador de golf, son inmedibles, porque no es de las personas dadas a sacar provecho mediático de lo que hacen; su labor la desarrolla de manera dinámica, aunque silente, siempre con buenos resultados. De esta forma, ha contribuido a ensanchar el mercado de la construcción vietnamita hacia otros países, también ha promovido el intercambio comercial, diplomático y político entre los pueblos de la República Socialista de Vietnam y la República Dominicana y, naturalmente entre ambos países.
¿Cómo retribuirle a este gran hombre una labor como ésta, hoy que nuestro país ha establecido las relaciones diplomáticas con Vietnam? Era mi pregunta siempre. En una ocasión le ofrecí gestionar la nacionalidad dominicana, valorando, además, que me ha dicho reiteradamente que se siente tan dominicano como yo, y así lo ha demostrado. Este ofrecimiento no lo he descartado. Cuando en el Movimiento Izquierda Unida, que me honro presidir analizábamos propuestas de posibles candidatos nacionales e internacionales para otorgarles el Galardón El Venturoso, mi primera sugerencia fue el nombre del amigo Nguyen Quang Hung, la cual se aprobó a unanimidad, entre otras diez personalidades que a principio del año próximo reconoceremos en la quinta edición de este galardón, creado en el año 2014, y que por las situaciones post pandemia, no habíamos podido continuar la secuencia.
Llegó la hora y el pasado domingo 11, en la sede del Comité Provincial Aniana Vargas, en Bonao, aprovechando la visita al país de la delegación de la empresa Viglacera, entregamos el reconocimiento en un concurrido y colorido acto del que fueron testigos de honor los señores Tran Ngoc Anh, Nguyen Ngoc Anh; Xu Tiefei y Leticia Du, de la Embajada de la República Popular China, Iris Acuña Huete, embajadora de Nicaragua, Ivan Salermo, encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela, el historiador Diomedes Núñez Polanco, asistente personal durante muchos años y hasta el último momento de su vida del profesor Juan Bosch, cuya presencia me hizo rememorar la obra del Maestro, “Viaje a los Antípodas”.
Entre otros amigos, quienes me acompañaron junto a amplias delegaciones de las estructuras del MIU de la región norte del país, y la presencia del compañero Nector Baustista, dirigente de la Filial 30 de Junio en Nueva York, para expresar nuestra gratitud y reconocer a Nguyen Quang Hung, como un vietnamita venturoso.