MIGUEL, QUERIDO HERMANO, PERDIMOS LA BATALLA

Aprovecho este medio para hacer del conocimiento de mis compañeros, familiares y amigos el fallecimiento de mi hermano mayor Miguel Ángel Mejía, quien venía padeciendo de un cáncer en el páncreas hace algunos meses, produciéndose en la mañana de este domingo 28 su deceso.

Mi dolor es doble, en razón de que, en la fase final de todo este proceso, quiso verme personalmente y yo de igual manera. De mi parte, razones políticas de precauciones necesarias en este momento, como consecuencia de una sociedad decadente y convulsionada me impidieron acompañarlo en este difícil trayecto. Hace unos días pude enviar a mi hijo Miguel Amaury, mi nieto Miguel Saúl y mi hermana María Cándida a hacer acto de presencia en mi nombre y el de mi familia.

Miguel Ángel nació en septiembre de 1946, siendo muy joven emigró en el año 1968 hacia Puerto Rico, luego a los Estados Unidos de Norteamérica, un país que desconocía total y absolutamente, instalándose en el estado de New Jersey hasta la fecha; allí formó una familia procreando cinco hijos, todos profesionales vinculados a los medios de producción en distintas áreas.

Miguelito, como cariñosamente le nombramos, se nos fue físicamente, pero nos deja un gran legado como un ser humano honesto, trabajador, solidario, y sobre todo respetuoso de las normas y leyes de esa nación que lo acogió, donde desarrolló la mayor parte de su vida; nunca cometió una infracción siquiera de tránsito.

Querido hermano, perdimos esta batalla, pero todos nos sentimos orgullosos de ti. Te aseguro que daremos continuidad a tu hermoso legado, que tus hijos serán más que mis sobrinos, ahora en tu ausencia mis hijos. Hoy, en que la Iglesia Católica celebra el Día de la Sagrada Familia, te garantizo la unidad familiar como siempre lo anhelaste y lo viviste, en homenaje perpetuo a tu memoria.

De mi parte seguiré en batalla contra las injusticias, las desigualdades, por el respeto a los derechos humanos, contra los que quieren tener el control hegemónico del mundo haciendo uso de su poderío económico y militar, violentando la sagrada soberanía de los pueblos. Los mismos que no respetan la disensión, los intolerantes de siempre, razón por las que no pude estar personalmente a tu lado en este difícil momento.

Vete tranquilo, querido e inolvidable Miguelito, dejaste tus huellas imperecederas en este mundo terrenal. Las llevaré siempre con el orgullo de ser tu hermano.

Diciembre 28, de 2025.