Miguel Mejía, ministro para Políticas de Integración Regional y presidente del Movimiento de Izquierda Unida (MIU) abogó porque el país mantenga abierta su política de relaciones internacionales con otros gobiernos, de acuerdo con sus propios planes en busca del desarrollo y la mejoría de sus ciudadanos.
Durante una entrevista concedida a pronosticamedia.com, Mejía relató cómo ha desempeñado su puesto, a pesar de los cambios de Gobierno y sus afanes ante naciones como China Popular, para obtener las vacunas para prevenir la COVID 19.
“En función de nuestra conveniencia, debemos mantener relaciones diplomáticas, con todo aquel que nos respete, que nos mantenga en igualdad de condiciones. Así de sencillo”, expuso el diplomático.
A continuación, la entrevista:
Miguel, desde 1996 para acá has estado en el escenario internacional vinculado como alguna misión del Estado ¿cómo tú llegas ahí, manteniendo tu vinculación con la izquierda revolucionaria?
Bueno, una reflexión que hizo el partido nuestro, el Movimiento Izquierda Unida (MIU) de que para contribuir a las soluciones de los grandes problemas que tiene República Dominicana, no podíamos hacerlo desde una esfera meramente ideológica, sea de izquierda o de derecha. Entonces, tomamos como referencia lo que se estaba produciendo en América Latina, como el fenómeno Chávez en Venezuela, Zelaya en Honduras, Correa, en Ecuador, Evo en Bolivia y el retorno de Daniel Ortega en Nicaragua, que todos lograron establecerse en el poder a través de una unidad amplia, diversa y plural. Ya no se trataba de la fórmula mera y netamente ideológica, de un frente de izquierda, sino de establecer un programa que respondiera las necesidades de los países. En función de eso, debíamos establecer una unidad plurideológica y pluripartidista. Dentro de ese concepto nosotros, desde el 1996, establecimos vínculos con el profesor Juan Bosch, que era el líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y hemos continuado en esa relación, bajo este criterio.
¿Cómo fueron esos primeros días en el que te tocó viajar representado ya el país teniendo tú, tu propio objetivo, desde una perspectiva de izquierda?
Mira, siempre lo hemos hecho con un sentido de Nación y con sentido de responsabilidad histórica. Nosotros no podíamos decirle a un gobierno, de la naturaleza de los gobiernos del PLD, que aplicaran el “Manifiesto Comunista”, porque eso no fue lo que ellos ofertaron, pero sí podíamos exigirle que cumplieran con lo que fue la oferta electoral: “un programa nacional”. Y en función de eso reclamarles. La función estratégica de nosotros es otra cosa que nos corresponde a nosotros aplicarla, en el momento que podamos alcanzar el poder, o de alguna manera, gravitar en los gobiernos. Desde ese punto de vista, hemos sido coherentes al defender a lo que hemos aspirado, desde abajo. Entonces debemos abogar, desde adentro y desde arriba, para establecer vínculos con países que, por prejuicios ideológicos, económicos, culturales, políticos, o por mandato de algunas grandes naciones, no teníamos acercamiento. De modo que tratamos de incidir para que se establezcan relaciones, en función de nuestras necesidades y conveniencia con esos países y en el caso de China Popular, Vietnam y la misma Corea del Norte, unos con más énfasis que otros. La situación es así, porque, por ejemplo, tenemos relaciones diplomáticas con Corea del Norte, pero no tenemos una embajada abierta. Se estableció una concurrencia desde Cuba, hacia República Dominicana y de República Dominicana a la India y desde ahí hacia Corea, por una cuestión formal, pero no más de ahí. Sin embargo, en el caso de China es distinto. Ya con China tenemos relaciones diplomáticas, lo mismo que con Vietnam. Con Cuba, hemos tenido una actitud fraterna y de cooperación. Lo mismo que con Venezuela, país de gran tradición de amistad con República Dominicana, de cuál el país se ha beneficiado demasiado, al extremo de que en los gobiernos de Leonel Fernández, llegó a decir que la gobernabilidad de República Dominicana dependía mucho del programa de “Petrocaribe”, del cual República Dominicana formaba parte y del cual el país se beneficiaba con financiamiento a precio muy blando y facilidades que daban para el suministro del petróleo. Incluso la factura petrolera era bastante fuerte para nosotros y Venezuela hizo una gran contribución. En ese sentido, los venezolanos de oposición decían que Chávez había enajenado el “patrimonio nacional”, que estaba regalando el petróleo. Sin embargo, República Dominicana en los gobiernos de Danilo Medina, se pagaron, casi 2, 000, millones de dólares, por acumulados de deuda de “Petrocaribe”, lo que era un mentís a eso que decían en la oposición y a toda esa gente que tenían su resabio contra los gobiernos de la revolución bolivariana, porque Danilo limpió esa deuda. Entonces no había tal regalo, ¿verdad? En la última parte del gobierno de Danilo, se marcó distancia con Venezuela. Yo me imagino que por las presiones de Washington, y Danilo, quizás, en una actitud, no sé si calificarla de irresponsable, de vacilante, de cobarde o de insensata, marcó distancia de Venezuela y hasta el momento no se tienen embajadores. Ambas embajadas se están manejando con encargados de negocios, Danilo no reconoció al embajador que designó Guaidó (Juan) y Luis Abinader, tampoco lo ha reconocido y se está en un proceso de acercamiento y de mejorar las relaciones oficiales de ambas partes.
Cuando hablas de tu trabajo como embajador te centras en los países gobernados por la izquierda ¿es que tú tienes la misión de atender nada más a esos países?
No, yo tengo el cargo de “ministro para Políticas de Integración Regional”, desde el primer gobierno de Danilo hasta ahora. Es un ministerio que se creó para que yo lo dirigiera, y hasta ahora lo estoy dirigiendo, Luis me ratificó. Ya ahí no se limita a los países de corte revolucionario, socialista o democrático, como se quiera llamar, sino que estamos hablando de trabajar para la integración regional, que es muy importante, porque no es lo mismo afrontar de manera individual los grandes retos que nos están imponiendo, que afrontarlo por bloque. Por tanto, yo creo que debe ser un principio y un objetivo estratégico, luchar por la integración regional de los pueblos, para poder encarar sus grandes problemas, para poder desarrollar una cooperación mutua desde ese ámbito. Entonces, en eso estamos y debo decirte que, en realidad, cuando uno busca una aproximación a uno de esos países, lo hace inspirado en un principio de tipo ideológico. Lo ideológico incide, pero la diplomacia del mundo de hoy no está determinada por los temas ideológicos, sino por la conveniencia de mercado, los niveles de desarrollo de una relación entre naciones, a veces muy desiguales. Ahí tenemos el caso de nuestras relaciones con China. Se debe entender que nuestra economía, nuestra población, nuestro desarrollo, son desiguales. Tenemos que entenderlo, para saber cómo articular una relación. O el mismo caso de Vietnam, o con otros países.
Comenzaste con Leonel, luego vino Hipólito Mejía, Leonel Fernández de nuevo, Danilo Medina y Luis Abinader y has seguido con esa misión. ¿Cómo has logrado mantenerte y perseverar durante estos cambios?
Tú tienes razón. Aquí no hay una cultura de continuidad de Estado. Es verdad, generalmente todas estas funciones son parte de un acuerdo político o de una ratificación política. Sin embargo, en el gobierno de Hipólito yo renuncié, siendo embajador encargado del Caribe de la Cancillería. Le renuncié por un problema político. Cuando volvieron los gobiernos del PLD, del cual siempre hemos sido aliados, volvimos y retomamos nuestras funciones. Entonces, ya no entré como embajador, entré como secretario de Estado sin Cartera, despachando directamente con Leonel Fernández. Cuando gana Danilo, crea el Ministerio para Políticas de Integración Regional. Entonces, sigo estas funciones con este ministerio, siempre con asiento en el Palacio. Yo diría que soy el funcionario más antiguo que tiene la Casa de Gobierno y, sobre todo, el único aliado que se ha quedado ahí. Con Luis Abinader, no llegué como parte de una alianza política, ni con ningún acuerdo político. No tengo ningún tipo de vínculo, ni mi partido, ni yo con el PRM, el partido gobernante. Más bien, se trata de un vínculo personal, familiar, con la familia Abinader. Pero, sobre todo, en el momento en que surge este gobierno, que fue en medio de la pandemia del COVID-19, creo que yo estaba llamado por la historia, más que por el gobernante de turno, a poder extenderle la mano. Hubiera estado el dictador Rafael Leónidas Trujillo y hubiese hecho lo mismo, porque se trataba de lidiar con una gestión para preservar la vida de nuestros conciudadanos y había que poner nuestras relaciones al servicio de esa lucha contra la pandemia. En el caso específicamente de China, que fue que nos salvó en gran medida evitó que una gran cantidad de conciudadanos murieran, gracias a la llegada oportuna de esa vacuna, la SINOVAC, cuando los grandes países productores del antivirus habían prohibido a sus laboratorios comercializar la vacuna. Sin embargo, China, en medio de esa situación, nos extendió la mano y nos vendió vacunas y nos donó vacunas. Entonces, era un llamado del momento, de la coyuntura y de la historia, a favor del país y así lo hice, pero no por un acuerdo político.
El devenir histórico te ha colocado en esa posición, pero recuerdo un Miguel Mejía como un hombre desafiante a todo, que llegó a formar su propio movimiento político, para con sus métodos, tratar de llegar al poder y se ha quedado con esa parte diplomática. ¿Qué más estás haciendo y en qué está ese movimiento que tú formaste, el Movimiento Izquierda Unidad (MIU), para darle continuidad a ese sueño de un nuevo país, como te oía decir en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en tus tiempos mozos?
Mira, yo me siento realizado, en cuanto a la política exterior, porque todas esa cosas que nosotros defendíamos en la secundaria o en la Universidad, en un momento en que el campo del movimiento comunista internacional estaba dividido en dos grandes polos, en los soviéticos y en los chinos, nosotros, que defendíamos siempre esa corriente de pensamiento internacional y defendíamos esos países con lo cual no teníamos relaciones y no pensábamos tener vínculos con ellos, decidimos que podíamos hacer un esfuerzo para su acercamiento. Fíjate que acabo de venir de Vietnam, hace apenas un mes y fui condecorado con la “Orden de la Amistad”, por parte del gobierno de Vietnam. Soy el primer latinoamericano y el único dominicano, que ha sido condecorado por el gobierno de Vietnam y es un reconocimiento a los esfuerzos que hemos realizado para el establecimiento de las buenas relaciones entre los dos países. Yo escribí un libro que habla sobre la historia de mi esfuerzo por décadas luchando por el bienestar de nuestro país, buscando alianzas internacionales. Y hoy mi partido, el Movimiento de Izquierda Unida, porque el partido juega un papel importante en todo esto, porque cada movimiento que yo hago debe tener el aval y estar en consonancia con la política y la prédica del partido, un partido pequeño, pero con una buena relación internacional, una buena incidencia, con una buena imagen, un modo operandi distinto a los partidos del sistema, diferente a muchos de los partidos de nuestros compañeros del alma y de armas, que muchos se han quedado atrapado en la historia. Parece que se quedaron dando vueltas en un círculo vicioso, pero nosotros los respetamos y los queremos.
En la actualidad se habla de la posibilidad del resurgimiento de esos dos bloques mundiales, Oriente y Occidente, está lo de Ucrania y Rusia, China y Taiwán, los conflictos en América Latina, Estados Unidos de por medio, ¿cómo crees debe manejarse el país en tal circunstancia?
Mi recomendación es que el país debe manejarse con un sentido de conveniencia, en función de nuestras necesidades. No manejarse bajo la tutela de nadie, porque los Estados Unidos establecieron relaciones con China hace 40 años y lo hicieron en un contexto histórico muy complejo y difícil, porque lo hicieron en medio de la Guerra Fría. Nosotros lo estamos haciendo 40 años después, cuando ya no existe la Guerra Fría. Entonces, lo estamos haciendo en base a nuestra necesidad y nuestra conveniencia. Yo creo que debemos tener mente libre y manos sueltas para dar respuestas en atención a las necesidades del país, y así debemos desenvolvernos. Y, en cualquier caso, te reitero, yo creo mucho en la diversidad. No le exijo a estos tipos de gobierno establecer una prioridad en cuanto a la corriente de pensamiento, sea religiosa, política o ideológica. En función de nuestra conveniencia, debemos mantener relaciones diplomáticas con todo aquel que nos respete, que nos mantenga en igualdad de condiciones. Así de sencillo.
Yo no estoy propugnando por una ruptura con los Estados Unidos, de ninguna manera, pero tampoco puedo propugnar que Estados Unidos, ni ningún otro país, llámese como se llame, quiera tener un tutelaje y nos tenga interferidos económica, cultural o políticamente. Yo creo que tenemos que actuar en un marco de soberanía plena, en función de, te reitero, de la necesidad y la conveniencia del país.
¿En qué está el Movimiento Izquierda Unida, mirando incluso hacia las próximas elecciones?
Debo decirte que nosotros tenemos un crecimiento casi silente. Yo tuve un problema de salud en los últimos dos años y he tenido que salir un poco de los medios. Tú me estás viendo con 175 libras menos, afortunadamente y gracias a Dios, ya superé todo eso. Pero el partido va creciendo. Nosotros tenemos 17 locales abiertos y si tú entras a la página nuestra y a las redes nuestras, vas a ver que todos los días hacemos actividades de política nacional o internacional. Tenemos relaciones internacionales muy sólidas, muy fuertes, y en el plano nacional, llevamos un crecimiento bastante sostenido. Claro, en otra forma, porque el partido no está abierto de par en par. No hacemos lo que hacen los partidos del sistema, que se colocan en una esquina a buscar firmas. Antes era con una máquina de escribir Olivetti a llenar inscripciones, ahora con una laptop, una computadora para llenar carnés y entregarlos para ingresar. En el MIU tenemos otro tipo de procedimientos y en función de eso estamos creciendo con calidad y vamos muy bien. Con relación a la política de alianzas, el partido entiende que es extemporáneo definirla en este momento, a un año en las elecciones o a meses de las elecciones municipales y justamente este domingo (pasado 23 de abril) tenemos una reunión de la dirección nacional del partido, donde vamos a empezar a discutir este tema.
Muchas gracias.