La Habana, Cuba. El domingo 3 de los corrientes llegué a este hermano país desde Caracas, Venezuela, adonde estuve con una agenda política, y de salud en el Hospital de Clínicas Caracas bajo la coordinación del prestigioso médico Horacio Bríciela. Debo destacar que este proceso de chequeos médicos en Venezuela, ha sido gracias a la generosidad del presidente Nicolás Maduro, con quien tuve la oportunidad de sostener la plática acostumbrada cada vez que visito este país. Para él mi gratitud eterna por su apoyo y seguimiento.
Allí obtuvimos muy buenos resultados de los chequeos especializados, entre estos, evaluaciones neurológicas por una lesión en la cabeza del nervio peroné afectando la movilidad total del pie derecho, que ya me había tratado en mi país. Sorpresivamente tuve una caída accidental que me ocasionó hematoma severo en la pierna derecha y ambas rodillas, todo lo cual me motivó venir a Cuba para recibir atenciones en el Centro Internacional de Restauración Neurológica -CIREN- En este Centro recibí el viernes 8 mi cumpleaños, lo cual es para mí el mejor regalo de aniversario de vida, y sabrán por qué.
El CIREN de hoy, cuyo lema es “A la altura de los mejores sueños para hacer renacer la esperanza”, fue fundado el 26 de febrero de1989, por el comandante Fidel Castro, como Centro Iberoamericano de Trasplante y Regeneración del Sistema Nervioso. Es una institución científico-médica de avanzada donde su programa líder de restauración neurológica abarca cuatro grandes clínicas fundamentales: Lesiones Estáticas Encefálicas, Trastornos de Movimientos y Neurodegeneraciones, Lesiones Raquimedulares, Neuromusculares y Esclerosis Múltiple, y, Neuropediatrías. Cada una de estas comprenden áreas y programas de investigaciones mediante la aplicación de tecnologías basadas en las neurociencias, destacándose a la vez dos programas terapéuticos especiales de Restauración Neurológica y de Restauración Biológica General (REBIOGER)
En el marco de su tecnología para el tratamiento neuro-restaurativo, multifactorial intensivo y personalizado, tendente a lograr la recuperación estructural del sistema nervioso lesionado, en este centro se ha atendido a miles de pacientes de decenas de países de todos los continentes, con técnicas novedosas que garantizan el éxito en su aplicación.
El personal científico-médico y técnico constituye un eficiente equipo multidisciplinario de elevada calificación profesional y sobre todo humana. Para este personal, cada paciente es un caso especial dentro de su dolencia orgánica estructural.
Para algunos resultaría difícil creer lo que comparto en este artículo sobre el CIREN, dadas las asfixiantes sanciones y el bloqueo inhumano e irracional que mantiene por más de 60 años los Estados Unidos contra este heroico pueblo soberano. Y, créanme, que siendo yo un histórico amigo de este país, de su pueblo y su Revolución, conociendo bien los impactos del bloqueo, ha sido una gran satisfacción haber podido acceder a los servicios de salud en este Centro y vivir estas experiencias. Bajo la coordinación de la doctora Elizabeth Hernández, luego de haber sido recibido en mi primera visita por el actual Director, doctor Héctor Vera Cuesta y el doctor Carlos Maragoto Rizo, subdirector de asistencia médica, de quienes he recibido un trato muy deferente; he sido evaluado por neurólogo, psicólogo, fisiatra, infectólogo, inmunólogo, cardiólogo y medicina interna, excelentes especialistas hombres y mujeres que han integrado un expediente clínico que complementa el proceso de recuperación de mi cirugía gástrica en septiembre de 2021, cuyos detalles compartí con mis amigos y lectores de esta columna, el 25 de octubre del mismo año.
Con las técnicas restaurativas recibidas he superado en un 80% las lesiones de mi caída accidental y de mi pie con apenas ocho días de atenciones. El programa que deriva de la evaluación general y específica me obligará a permanecer unos días más ausente físicamente de mi país, pero en acción permanente desde la distancia, cumpliendo con mis responsabilidades de función política y de Estado.
Estoy recibiendo la demostración directa y de manera personal de que el CIREN es una institución con una infraestructura de investigación, servicios clínicos diversos cuidadosamente organizada, con instalaciones hospitalarias modernas, equipadas con tecnología de última generación, pese al inhumano bloqueo; y capacidades profesionales de alta calificación, en los que destaca una marca indeleble de calor humano y amor hacia el paciente, lo que facilita que desde la primera visita nazca un hilo de comunicación y relaciones fraternas.
Por esto, y mucho más que el espacio no me permite desarrollar reafirmo que mi cumpleaños en el CIREN, ha sido mi mayor y mejor regalo.