La paz que necesita el mundo
En este momento la paz pende de un hilo, creciendo cada día los peligros y obstáculos para su consecución. Pero, ¿de cuál paz están hablando aquellos que alardean la palabra de solo tres letras y no cesan sus agresiones militaristas contra Estados soberanos? Obviamente, creen que la paz es solo ausencia de la guerra.
Ante el recrudecimiento de los recientes conflictos guerreristas en Oriente Medio, el clamor por la paz es un grito colectivo de voces diferenciadas. Unos llaman a la paz por intereses de todo tipo, otros, por obedecer a sus socios promotores de la guerra, y, otros, que parecen ser los menos, pero en realidad son lo más, claman por la paz verdadera, firme y duradera para la humanidad.
Definiciones sobre la paz desde distintas fuentes, indican que, “es un estado de armonía y tranquilidad que implica la ausencia de conflictos, violencia y guerra, a nivel individual y colectivo. La paz no es sólo ausencia de conflictos, convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida. Como valor humano, es un estado de bienestar, tranquilidad, estabilidad y seguridad, que se refiere a la capacidad de determinado individuo de alcanzar una sensación interna de aceptación; es lo que se denomina “paz interior” y tiene una connotación positiva. Es un estado de armonía que está libre de guerras, conflictos y contratiempos.”
En esas definiciones y otras, apreciamos que la paz es un estado o cualidad anhelada universalmente y valorada en su dimensión por todas las sociedades y culturas en su diversidad; no solo a nivel de los países, también a nivel de las familias y sus hogares, así como en las relaciones interpersonales y el yo de cada individuo.
Alcanzar la paz en su amplio concepto implica un sin número de cuestiones a observar: voluntad política, practica de valores como la tolerancia, el respeto mutuo y por los derechos humanos, la justicia, disposición y apertura al diálogo, humanismo, solidaridad. El respeto al derecho internacional, a la autodeterminación de los pueblos, entre otras.
Los obstáculos en el camino hacia la paz
Según los objetivos de paz, los obstáculos son inmensos y variables. En el marco de lo que nos ocupa, el conflicto en Oriente Medio, los principales obstáculos son el irrespeto al derecho internacional y a la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, el hegemonismo, sumado a los planes colonialistas, intervencionistas y expansionistas, principalmente por parte de los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados, el entreguismo que somete a naciones en desarrollo a ceder soberanía; pensar y pretender imponer que la paz debe empezar en los demás y no en sí mismo, lo que deja mostrar el autoritarismo que no debe tener espacio frente a naciones libres e independientes.
Un llamado a la paz en medio de estos obstáculos creados por los mismos protagonistas de agresiones que incitan a la guerra, no es un llamado a la paz verdadera. Es una imposición con el intento de crear un nuevo escenario de dilación y confusión para ocultar la realidad de sus propósitos. El mundo dirigió su mirada al anuncio del presidente estadounidense Donald Trump cuando recientemente declaraba “un alto al fuego total y completo entre Israel e Irán”, lo cual se produciría entre las doce y/o veinticuatro horas después del anuncio. Sin embargo, antes de ese tiempo Israel lanzaba una nueva agresión contra Irán, con la consecuente respuesta. Comenzaba una niebla tenida de esperanza y dudas, que hoy, pese a que algunos analistas indican si se trata de un llamado de “paz a través de la fuerza”, lo que se demuestra es que se continúan produciendo las amenazas y agresiones de fuerza en procura de paz. Así no se llegará, porque los obstáculos son muy fuertes atados a intereses de todo tipo.
Otros llamados de paz
Hace dos días leímos la información de que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso una “cumbre global por la paz” ante la posibilidad de una “guerra nuclear”, sugiriendo que la misma sea convocada de manera urgente para enfrentar el peligro creciente del conflicto en Oriente Medio, una amenaza para la humanidad. Dicha propuesta fue dirigida a la Liga de Estados Arabes, la Organización de Cooperación Islámica, el Consejo de Cooperación del Golfo, la Unión Africana, los BRICS y la Comunidad Latinoamericana y Caribeña -CELAC-, y, según la fuente informativa, la propuesta fue enviada a la administración del presidente Trump.
Esta, pudiera ser una interesante cumbre, libre de los males que están generando los citados obstáculos y llevar de manera más unida los pasos por el camino a la paz verdadera, firme y duradera. Ojalá la semilla germine en el terrero fértil.
Otra iniciativa proviene de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH), que el pasado lunes 23, llamó a los pueblos del mundo a movilizarse por la paz, mediante una comunicación firmada por centenares de personalidades, entre estas el Premio Nóbel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, así como académicos, escritores e intelectuales de América Latina, el Caribe, Europa, Medio Oriente.
Ambas iniciativas se sustentan en la anhelada paz mundial y la supervivencia de la humanidad. Hagamos, pues, un balance sobre la paz que queremos y necesita el mundo, y decidamos sumar esfuerzos, voluntades y acciones concretas tras ese ideal supremo. ¡Urge!