Punta Catalina: Más allá del impacto social de los apagones
Por: Martha Pérez, 22 agosto 2025
Hace dos semanas en diversos sectores del país se han estado produciendo manifestaciones de protestas por los largos apagones eléctricos como consecuencias, según informaciones oficiales, de la salida de una de las plantas de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, originando un descontento casi generalizado.
Las redes sociales, medios de comunicación y las calles de varios sectores populosos han sido los espacios en que se manifiesta el descontento popular y las denuncias de los impactos ocasionados, especialmente de pequeños negocios como colmados, puestos de carnes, salones de belleza, barberías, cafeterías, entre otros. Además de los daños en la salud de niños y envejecientes.
Ante la visible e insoportable situación, el señor Celso Marranzini, administrador general de la empresa y presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras (CUED), se limitó a pedir “paciencia” a la población prometiendo que antes del fin de semana pasado el servicio estaría normalizado cuando se espera corregir pinches en la caldera de la unidad afectada, aduciendo además que los cortes eléctricos eran solo de dos horas por circuitos, desmintiendo de esa forma a los pobladores que desesperados reportan apagones entre cinco y ocho horas.
Las expresiones del descontento popular como es natural llego a los oídos del presidente de la República Luís Abinader, quien el sábado 17 realizó una visita sorpresa a las instalaciones de la termoeléctrica para constatar la realidad que provoca la situación. Conforme a lo que pudo verificar con lo visto y lo informado por parte de funcionarios y técnicos que le recibieron, luego de la visita pidió disculpas al país por los “odiosos” apagones. Y anunció que a partir del domingo 18 entrarían al sistema unos 200 megas, para ir aumentando la generación progresivamente. Ese gesto del presidente, motivado por su preocupación, fue aplaudido por unos y criticados por otros, como es natural en todo proceso democrático. Realmente, en la mañana del domingo se redujeron apagones en algunos sectores, volviendo a intensificarse en los días siguientes.
Después de esa promesa del presidente, el administrador general de la empresa y presidente del CUED, Celso Marranzini anuncia, entonces, que “a finales del año 2025 el problema estará subsanado”, lo que de manera ipso facto levantó la interrogante sobre si lo dicho al presidente durante su visita fue la realidad o un “entertainment”. Justificó el señor presidente del CUED su declaración en que “los apagones generados la semana pasada no fueron solo por la salida de la Unidad 2 de la Termoeléctrica Punta Catalina. Indicó que en la misma semana se registraron problemas en la empresa Generadora de Electricidad Itabo: Parque Energético Los Minas y Siba Energy, ocasionando que el sistema sufriera un déficit de más de 600 megas.” Y, reafirmó, de nuevo en un posterior programa televisivo “Lo que nosotros podemos asegurar es que a partir del año que viene, no del año que viene, sino a finales de este año, el problema va a estar subsanado completamente”.
¿A quién creer? Se pregunta la población más afectada y toda la sociedad. Y, es esto precisamente lo que no tiene respuesta. Puso al presidente a prometer lo que él, como funcionario administrador de la empresa con sus técnicos no puede garantizarle.
Independientemente de los tres factores señalados por el mandatario como la causa del aumento de los apagones: la tardanza en el inicio de operaciones de 600 megavatios que comenzarán a incorporarse, el aumento inusitado de la demanda del servicio a 4 mil megas, y, el impacto del sargazo en algunas plantas, así como la salida de otras por mantenimiento, hay una cuestión de fondo.
Develar el fondo
La situación actual en la Central Termoeléctrica Punta Catalina que ha ocasionado las interrupciones del servicio de electricidad, ha evidenciado una serie de cuestiones internas, técnicas, administrativas, políticas y de otras naturalezas, puestas sobre la mesa por especialistas en la materia durante su participación en entrevistas de reconocidos programas televisivos y radiales en los últimos días. Gran parte de la sociedad dominicana ha podido ver y escuchar tales entrevistas. Algunos de dichos especialistas, incluso ex funcionarios de la entidad, han expresado que por primera vez hacen tales declaraciones, al ver que el tema se torna complejo en el marco de una realidad desconocida en su totalidad.
Estos especialistas dicen:
Que las plantas están con generación por encima de su capacidad;
Que las actuales averías son producto de pinches en tuberías de calderas; que los mismos están siendo soldados y revestidos en vez de cambiados;
Que a los apagones además de técnicos también son financieros;
Que el carbón utilizado en la primera prueba no tenía los componentes requeridos de acuerdo a las características de las plantas;
Que carbón requerido no se adquirió a tiempo;
Que durante la puesta en funcionamiento de prueba se percibió fuga de aceite;
Que existe deuda millonaria con las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDEs), sin embargo, no hay deudas con distribuidores privados;
Entre otras cuestiones que se pueden considerar alarmantes.
Urge una revisión amplia y profunda sobre esta situación, que según los especialistas consultados viene de lejos, salvo honrosas excepciones, algunas efímeras, que en su momento informaron, advirtieron y presentaron propuestas no admitidas, entonces.
Preocupa la situación, preocupa la inacción gubernamental desde gestiones anteriores frente a denuncias de manejos inadecuados de quienes hoy siguen mintiéndole al país desde una posición institucional estratégica, como lo es la energía eléctrica, donde incluso son juez y parte. La población afectada no debe ser la que pague la ineptitud del funcionario. El asunto va más allá del impacto social.
Hace dos semanas en diversos sectores del país se han estado produciendo manifestaciones de protestas por los largos apagones eléctricos como consecuencias, según informaciones oficiales, de la salida de una de las plantas de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, originando un descontento casi generalizado.
Las redes sociales, medios de comunicación y las calles de varios sectores populosos han sido los espacios en que se manifiesta el descontento popular y las denuncias de los impactos ocasionados, especialmente de pequeños negocios como colmados, puestos de carnes, salones de belleza, barberías, cafeterías, entre otros. Además de los daños en la salud de niños y envejecientes.
Ante la visible e insoportable situación, el señor Celso Marranzini, administrador general de la empresa y presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras (CUED), se limitó a pedir “paciencia” a la población prometiendo que antes del fin de semana pasado el servicio estaría normalizado cuando se espera corregir pinches en la caldera de la unidad afectada, aduciendo además que los cortes eléctricos eran solo de dos horas por circuitos, desmintiendo de esa forma a los pobladores que desesperados reportan apagones entre cinco y ocho horas.
Las expresiones del descontento popular como es natural llego a los oídos del presidente de la República Luís Abinader, quien el sábado 17 realizó una visita sorpresa a las instalaciones de la termoeléctrica para constatar la realidad que provoca la situación. Conforme a lo que pudo verificar con lo visto y lo informado por parte de funcionarios y técnicos que le recibieron, luego de la visita pidió disculpas al país por los “odiosos” apagones. Y anunció que a partir del domingo 18 entrarían al sistema unos 200 megas, para ir aumentando la generación progresivamente. Ese gesto del presidente, motivado por su preocupación, fue aplaudido por unos y criticados por otros, como es natural en todo proceso democrático. Realmente, en la mañana del domingo se redujeron apagones en algunos sectores, volviendo a intensificarse en los días siguientes.
Después de esa promesa del presidente, el administrador general de la empresa y presidente del CUED, Celso Marranzini anuncia, entonces, que “a finales del año 2025 el problema estará subsanado”, lo que de manera ipso facto levantó la interrogante sobre si lo dicho al presidente durante su visita fue la realidad o un “entertainment”. Justificó el señor presidente del CUED su declaración en que “los apagones generados la semana pasada no fueron solo por la salida de la Unidad 2 de la Termoeléctrica Punta Catalina. Indicó que en la misma semana se registraron problemas en la empresa Generadora de Electricidad Itabo: Parque Energético Los Minas y Siba Energy, ocasionando que el sistema sufriera un déficit de más de 600 megas.” Y, reafirmó, de nuevo en un posterior programa televisivo “Lo que nosotros podemos asegurar es que a partir del año que viene, no del año que viene, sino a finales de este año, el problema va a estar subsanado completamente”.
¿A quién creer? Se pregunta la población más afectada y toda la sociedad. Y, es esto precisamente lo que no tiene respuesta. Puso al presidente a prometer lo que él, como funcionario administrador de la empresa con sus técnicos no puede garantizarle.
Independientemente de los tres factores señalados por el mandatario como la causa del aumento de los apagones: la tardanza en el inicio de operaciones de 600 megavatios que comenzarán a incorporarse, el aumento inusitado de la demanda del servicio a 4 mil megas, y, el impacto del sargazo en algunas plantas, así como la salida de otras por mantenimiento, hay una cuestión de fondo.
Develar el fondo
La situación actual en la Central Termoeléctrica Punta Catalina que ha ocasionado las interrupciones del servicio de electricidad, ha evidenciado una serie de cuestiones internas, técnicas, administrativas, políticas y de otras naturalezas, puestas sobre la mesa por especialistas en la materia durante su participación en entrevistas de reconocidos programas televisivos y radiales en los últimos días. Gran parte de la sociedad dominicana ha podido ver y escuchar tales entrevistas. Algunos de dichos especialistas, incluso ex funcionarios de la entidad, han expresado que por primera vez hacen tales declaraciones, al ver que el tema se torna complejo en el marco de una realidad desconocida en su totalidad.
Estos especialistas dicen:
Que las plantas están con generación por encima de su capacidad;
Que las actuales averías son producto de pinches en tuberías de calderas; que los mismos están siendo soldados y revestidos en vez de cambiados;
Que a los apagones además de técnicos también son financieros;
Que el carbón utilizado en la primera prueba no tenía los componentes requeridos de acuerdo a las características de las plantas;
Que carbón requerido no se adquirió a tiempo;
Que durante la puesta en funcionamiento de prueba se percibió fuga de aceite;
Que existe deuda millonaria con las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDEs), sin embargo, no hay deudas con distribuidores privados;
Entre otras cuestiones que se pueden considerar alarmantes.
Urge una revisión amplia y profunda sobre esta situación, que según los especialistas consultados viene de lejos, salvo honrosas excepciones, algunas efímeras, que en su momento informaron, advirtieron y presentaron propuestas no admitidas, entonces.
Preocupa la situación, preocupa la inacción gubernamental desde gestiones anteriores frente a denuncias de manejos inadecuados de quienes hoy siguen mintiéndole al país desde una posición institucional estratégica, como lo es la energía eléctrica, donde incluso son juez y parte. La población afectada no debe ser la que pague la ineptitud del funcionario. El asunto va más allá del impacto social.